Hoy en día, hay una gran variedad de productos adaptados a todo tipo de necesidades de calor en una vivienda. Aunque menos eficiente que otros, una de las opciones más rápidas y cómodas son los emisores térmicos. Veamos entonces qué es un emisor térmico y cómo funciona.
Un emisor térmico o eléctrico, como su nombre indica, es un equipo que transforma la energía de la red eléctrica en calor, usando diferentes tecnologías que les dotan de diferentes propiedades que los hacen más o menos adecuados para cada aplicación particular. Los podemos fijar a la pared (como si fuese un radiador) funcionando con la red eléctrica de la vivienda.
Tipos de emisores térmicos
Existen tres tipos de emisores, cuyas diferencias radican en la rapidez con la que alcanzan su máxima temperatura, y después de llegar a ella, el tiempo que consiguen mantener ese calor en emisión. Veamos cuáles son:
Emisor térmico cerámico
Estos emisores son los que más tardan en llegar a su máxima temperatura. No obstante, también son los que, una vez alcanzada esa temperatura, mantienen y distribuyen el calor durante más tiempo. Son recomendables si se va a demandar un uso continuado.
Emisor térmico fluido
Estos emisores contienen un líquido que se calienta y trasmite el calor, como los genéricos radiadores de agua. Mantienen menos el calor que los cerámicos, alrededor de cuatro horas, y es recomendable si se hace un uso continuado del mismo.
Emisor térmico seco
Estos son los emisores que más rápido se calientan. Sin embargo, también son los más rápidos en perder el calor acumulado. Es por ello por lo que se recomienda su uso en zonas que requieran calentarse rápido, como habitaciones, o donde el clima sea más cálido. Se recomienda en viviendas donde se vaya a usar esporádicamente.
Ventajas de los emisores eléctricos
Entre las ventajas más significativas de este tipo de calefacción podemos encontrar:
- Sin necesidad de conectarse a una red de tuberías ni realizar ninguna obra
- Cada emisor se coloca donde se necesite, dando libertad total para poner el aparato donde vayamos a demandar calor, siempre y cuando se pueda conectar a la red eléctrica en dicho lugar
- No genera emisiones (ya que no se produce combustión), por lo que es un sistema respetuoso con el medio ambiente
- Trasmiten el calor eficientemente
- Tiene posibilidad de programar su funcionamiento, ayudando de esta forma a ahorrar en el consumo eléctrico (programando su funcionamiento, por ejemplo, para que vaya calentando el aparato en las horas donde es más barata la luz)
Algunos inconvenientes que podríamos encontrar en este tipo de calefacción serían que funcionan con electricidad, de elevado coste, y el consumo podría ser muy elevado si se tienen muchos emisores instalados. Tampoco se recomienda este tipo de aparatos en zonas donde haga mucho frío por el mismo motivo, ya que se necesitaría mucha energía de manera continua que se traduciría en un gasto energético más elevado.
La eficiencia del emisor térmico
Para saber si este tipo de calefacción responde a lo que necesita tu vivienda en particular, habrá que tener en cuenta los siguientes aspectos:
En cuanto a su instalación, es de lo más sencillo y económico que podemos encontrar en el mercado, si la vivienda no contase con una red de tuberías centralizada o un sistema de calefacción ya instalado. Si contase con esta red, se recomendaría consultar sobre otras opciones más eficientes como sistemas con calderas eficientes de condensación u otro tipo.
Habrá que tener en cuenta que el clima donde esté situada la vivienda o habitación sea cálido o templado, pero no frío, ya que en términos de eficiencia y confort no sería lo más adecuado.
Estos aparatos son muy recomendables en viviendas que requieran un refuerzo extra en calefacción, si fuese una vivienda de grandes dimensiones, o también, en habitaciones y lugares aislados donde no llegase la red de tuberías de calefacción.
Si lo comparamos con sistemas como las calderas de biomasa o calderas de condensación, los emisores son menos eficientes que estas opciones, sobre todo por el tipo de energía que utilizan (eléctrica). Sin embargo, es una buena opción si no se quiere realizar una instalación completa, si solo queremos calentar una zona pequeña, o si queremos añadir una fuente de calor extra en una vivienda muy grande. Por otro lado, podría ser más eficiente que otras opciones como los aparatos de aire acondicionado (para proporcionar calor).
Consejos para instalar un emisor térmico
Primero se deberá comprobar la potencia energética que se necesitará, dependiendo de las medidas de la vivienda o espacio donde se vaya a colocar el emisor. También conviene comprobar el aislamiento de la zona ya que, si no se dispone de un buen aislamiento que mantenga el calor, el coste energético será mayor.
Después, se deberá prestar atención al uso que vayamos a dar. Si va a ser un uso prolongado durante muchas horas será preferible un emisor térmico cerámico. Si se hace un uso entre cuatro y siete horas, se recomienda el uso de un emisor térmico fluido y si se usa de manera esporádica (menos de una hora) se debería optar por un emisor térmico seco.
Se debe comprobar las posibilidades de programación que tenga el aparato, ya que permitirá ahorrar en electricidad al poder encenderlo para que vaya calentando el emisor en un horario donde sea más barata la electricidad.
En definitiva, estos aparatos son adecuados para viviendas en las que queramos optar por un sistema de calefacción fácil, o añadir más puntos de calor de manera en sitios muy grandes de manera sencilla.
En Warmhaus, como expertos en calderas de condensación, siempre recomendamos la instalación de aparatos de máxima eficiencia y confort para el hogar, como pueden ser las calderas de condensación. No obstante, aunque el emisor térmico no sea el tipo de calefacción más eficiente, puede ser una buena decisión si se quiere prescindir de una instalación más compleja.