En la actualidad, gracias a su diseño y su proceso, la caldera de condensación es un sistema de calefacción con un rendimiento mayor a las calderas tradicionales, ya que permiten mayor ahorro en la energía utilizada, consumo de menos combustible, mayor confort en la vivienda y menores emisiones de gases a la atmósfera.
Estas calderas reutilizan el calor del humo que sale hacia la chimenea (gracias a la condensación del vapor de agua), para precalentar el agua dentro del proceso. Usar esta potencia térmica que se desperdiciaría al expulsar el humo caliente al exterior, supone usar menor energía convencional para calentar el agua, además de disminuir la emisión de gases.
Un uso adecuado de estas calderas, puede suponer un ahorro entre el 15 – 30% de energía, y tienen la ventaja añadida de poder adaptarse casi a cualquier vivienda.
Desde Warmhaus te ofrecemos las claves para saber cómo ahorrar en calefacción con este tipo de calderas. Si quieres optimizar su uso y aprovechar al máximo las ventajas que ofrecen, te recomendamos que eches un vistazo a la caldera Ewa, que te ofrecerá todas las comodidades para que la inversión que hayas realizado pueda ofrecerte rentabilidad desde el principio, con el mejor equilibrio entre calidad y precio.
Eficiencia energética de este tipo de calderas
Para responder a por qué estas calderas son aparatos más eficientes que otros, solo hay que prestar atención a su proceso, donde tratan de optimizar al máximo todos los recursos que se utilizan en la producción de calor. Gracias a aprovecharse de la energía que produce el calor latente de la condensación del vapor de agua de los humos (el cual se expulsaría al exterior en otros sistemas) se aprovecha el calor al máximo, necesitando consumir menos combustible para producir la misma cantidad de energía calorífica. Todo ello provoca un menor consumo de energía, y su consecuente ahorro en la factura gracias a la caldera de condensación.
Puedes conocer más detalles en nuestro artículo sobre cuál es la eficiencia energética de la caldera de condensación, además de descubrir las grandes ventajas que estos aparatos pueden ofrecer.
Consejos para el ahorro con una caldera de condensación
Para aprovechar al máximo el uso de la caldera, estas son algunas claves que hay que tener en cuenta para planificar el consumo energético:
- Tener un buen servicio de mantenimiento: La instalación debe realizarse por profesionales que estén acreditados y certificados. Esto asegurará un montaje adecuado de la caldera y reducirá el riesgo de averías. Además, ellos se encargarán de revisar e inspeccionar periódicamente el aparato para asegurar que todo está en las mejores condiciones.
- Comprobar la presión de la caldera: De vez en cuando, observa cuál es la presión que tiene la caldera. Normalmente, lo idóneo es que esté alrededor de 1,2 bar, con un margen superior o inferior de un 25%.
- Radiadores: Se recomienda purgar los radiadores. Cuando viene la temporada de frío, se vuelven a poner en marcha los radiadores después de unos meses sin estar en funcionamiento. Durante este encendido puede haber ruidos de goteos o de flujo, que son causados por el aire que se encuentra dentro del radiador, y provoca que estos no calienten adecuadamente o de forma óptima al no haber una distribución fluida del agua de calefacción. La forma más clara para comprobarlo es ver si el radiador calienta uniformemente.La consecuencia (además del molesto ruido del goteo) es que se necesite consumir más energía para llegar a alcanzar la temperatura que se desea, lo que conlleva a mayores costes. La solución es purgar los radiadores quitando el aire, al menos, una vez al año, justo antes de la temporada de frío, y siempre con la caldera apagada (ya que movería el circuito de agua y, con él, las bolsas de aire acumulado). Este proceso lo puede hacer la propia persona, cerrando primero la llave de paso de agua del radiador, y posteriormente girando la válvula de purgado de la parte superior del radiador con un destornillador, manteniéndola abierta hasta que comience a salir agua de manera constante, después se volverá a cerrar la válvula y se repetirá el proceso con todos los radiadores (a ser posible comenzando desde el más cercano a la caldera hasta el más lejano).
- Regular la temperatura: Para ahorrar con tu caldera de condensación, uno de los puntos más importantes es la temperatura que establezcas. La temperatura ideal está entre los 60 – 70°C para radiadores y entre 40 – 50°C si la instalación es de suelo radiante. En el caso del ACS (agua caliente sanitaria) habrá que regular la temperatura que saldrá a través de los grifos, que se recomienda que esté entre 40 – 50°C si es una caldera mixta, o entre 50 – 60°C si tiene acumulador.
- Mantener un ambiente confortable en la vivienda: No es necesario que se pase excesivo frío, ni excesivo calor. El principal ahorro que puedes tener está en la temperatura que establezcamos en el interior de la vivienda. La ideal es una temperatura entre los 19 – 23°C durante el día, y por las noches bajarla hasta los 17°C. Se estima que por cada grado extra que exceda de estas temperaturas, incrementaría el gasto en torno a un 7%, aproximadamente.
- Usar termostatos programables: Estos aparatos permiten que tu caldera esté funcionando en base a tus hábitos o necesidades, llegando a ahorrar hasta un 10%. Los más eficientes y que se ajustan con más presión a las necesidades de tu vivienda serían los termostatos modulantes.
- Vigilar la difusión del calor de los radiadores: Para conseguir llegar a la temperatura deseada en la vivienda de manera eficiente, se recomienda evitar colocar ropa u objetos encima de los radiadores, así como la colocación de muebles enfrente de estos, ya que obstaculizaría la distribución del calor de manera equilibrada. Por otro lado, en viviendas que posean suelo radiante, se recomienda que el mobiliario no supere una superficie del 15% para no entorpecer la distribución de calor de manera óptima.